Lengua y Derecho se han conjugado en la conferencia dictada esta tarde por el doctor Santiago Muñoz Machado, que ha servido como acto de clausura de los seminarios 2023 de la Cátedra de Monarquía Parlamentaria de la Universidad de Burgos, que dirige el profesor Juan José Laborda.
El director de la Real Academia Española de la Lengua afirmó que los hispanohablantes “representamos a la primera lengua del mundo, no la más hablada, que de momento sigue siendo el inglés, pero algún día ocuparemos ese puesto también”. Un milagro, apuntó Muñoz Machado, que se debe a la expansión del español en América. La tesis defendida por el director de la RAE en la Universidad de Burgos es que la lengua se impone a través del Derecho, no se impone como tal. Son las leyes las que impulsan la expansión del idioma, un fenómeno que ya pasó con el latín y con el Imperio Romano.
Santiago Muñoz Machado es catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Premio Nacional de Literatura y Premio Nacional de Ensayo, prolífico autor y trigésimo primer director de la Real Academia Española de la Lengua, a pesar de no ser un lingüista, como apuntó el doctor Juan José Laborda en su presentación.
Parafraseando al creador de la “Gramática castellana”, Antonio de Nebrija, Muñoz Machado afirmó que la lengua sigue al imperio porque el imperio dicta leyes y éstas deben ser entendidas por las personas a quienes afectan. En este sentido, el director de la RAE recordó que el Código Civil de Chile de 1855, que sirvió de modelo a todos los similares existentes en Hispanoamérica, es aún la base de la lengua jurídica que se mantiene en los países hispanohablantes.
La bula Inter caetera de 1493, dictada por el papa Alejandro VI en favor de España en los conflictos que, por el reparto del mundo, mantenían los reyes Fernando e Isabel mantenían con Portugal, fue, según defendió Muñoz Machado, sienta las bases del proceso de cristianización, que no de castellanización, en el continente recién descubierto por Cristóbal Colón, ya que la conquista de América tenía la encomienda papal de evangelizar al cristianismo a los pobladores de las tierras descubiertas. Durante dos siglos la cristianización de la población indígena se hizo por los misioneros en las lenguas vernáculas, no en castellano.
Es en la denominada “segunda reconquista”, a partir de 1550, es cuando comienza a promoverse el uso del español y en 1648 cuando el jurista Juan de Solórzano impulsó unas normas indianas que determinaron la definitiva implantación, de carácter forzosa por parte de los misioneros, del castellano frente a la enorme cantidad de lenguas indígenas en uso hasta ese momento.
Sin embargo, apuntó Muñoz Machado, hasta el momento de los movimientos independentistas americanos, a finales del siglo XVIII, el castellano no era, ni mucho menos, el idioma mayoritario, de hecho solo 3 de los 13 millones de habitantes de los países colonizados lo hablaba, apostilló Muñoz Machado. Pero sí lo hacían las élites criollas promotoras de esos procesos revolucionarios e independentistas.
Por último, el director de la Real Academia Española de la Lengua, recordó a los asistentes que en 1870 se formuló a la RAE una propuesta que reconocía la pérdida del poder político de España en América e impulsó la creación de la Lengua Española en América, la primera la colombiana en 1871, hasta la fundación de la norteamericana a mediados del siglo XX. Se crea así un gobierno universal de la lengua española.