El Servicio Universitario de Atención a la Salud y el Aula Campus Saludable, con el objetivo de concienciar a la comunidad universitaria del problema de salud pública que supone el consumo de tabaco, quieren difundir el siguiente comunicado, escrito por Cristina Sota Rodrigo, Psicóloga de la AECC y profesora asociada de la Facultad de Ciencias de la Salud.
El Día Mundial Sin Tabaco se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año desde que en 1987 lo instaurase la Asamblea Mundial de la Salud. Esta celebración tiene como fin informar al público acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras las actividades de la OMS para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y hacer que todas las personas del mundo puedan hacer una reivindicación de su derecho a la salud
La celebración de este día es una oportunidad para destacar mensajes concretos relacionados con el control del tabaco y fomentar la observancia del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco considerado como el primer paso en la lucha mundial contra la epidemia de tabaquismo con recomendaciones relacionadas con aspectos relativos al cultivo, fabricación, distribución, promoción, venta y consumo, surge por la necesidad de disponer de un instrumento jurídico internacional para favorecer la prevención y control mundial del tabaquismo.
El tabaco es considerado por las sociedades científicas como uno de los principales problemas de salud pública, conocido como la pandemia del siglo XXI, con tasas de mortalidad de 8 millones de muertos anuales. En España responsable de 69.000 muertes prematuras y más de 1,7 millones de años de vida perdidos anualmente, además de miles de nuevos enfermos crónicos, causa de mucho sufrimiento y un gran gasto a la sanidad pública. El tabaquismo es uno de los principales problemas de salud pública al que nos enfrentamos con más de 20 categorías distintas de enfermedades, entre las que se encuentra el cáncer.
En la Declaración de Madrid-2018 y actualizada en septiembre de 2022 por la salud y por el avance de la regulación del tabaco en España, se establecieron las bases para poner fin a la epidemia del tabaco y crear la primera generación sin humo, tabaco y nicotina, conocido internacionalmente como el tobacco endgame. El final del tabaquismo y las nuevas formas de consumo en España en el año 2030 se traduce en alcanzar una prevalencia de consumo de tabaco del 5% o inferior y conseguir reducir la prevalencia de consumo de tabaco del 2% o inferior para 2040. Implica que las personas que cumplan 18 años en el 2030 no habrán fumado nunca, ni cigarrillos ni ningún otro tipo de dispositivo.
El primer objetivo del Plan nacional de Prevención y Control de Tabaco ( PNPyCT) en sus orígenes fue “prevenir la incorporación de nuevos fumadores y fumadoras” y para el Convenio Marco de Control de Tabaco (CMCT) “la necesidad de adoptar medidas para proteger a todas las personas de la exposición al humo del tabaco”.
Sin embargo, los datos recogidos en la última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) señalan que: el tabaco es la segunda sustancia psicoactiva con mayor prevalencia de consumo entre los alumnos de 14 a 18 años. El 38,2% de los jóvenes indica que han fumado tabaco alguna vez en su vida. Casi 1 de cada 4 estudiantes de 14 a 18 años ha consumido cigarrillos electrónicos (22,8%) en el último año. Casi 1 de cada 2 estudiantes de 14 a 18 años ha consumido cigarrillos electrónicos alguna vez en su vida (44,3%).
En la encuesta llevada a cabo en la Universidad de Burgos en el año 2022, relatan que nunca han fumado el 39%, lo han probado el 28%, fuman a diario el 17%, fuman ocasionalmente el 10%, fumadores de fin de semana el 3% y son exfumadores el 3%.
Respecto al tipo de producto, el 38% consumen tabaco de liar, el 15% cigarrillos, el 1% porros, el 3% refiere consumir vapeadores, en combinación a otros productos como tabaco de liar, cigarrillos y pipas, el 39% combinan el consumo de cigarrillos con, porros, tabaco de liar y pipas. El 8% combinan el consumo de pipas o cachimbas, con tabaco de liar, cigarrillos, porros y vapers y el 12.5% consumen porros en combinación con tabaco de liar y cigarrillos.
El 72% de los que se declaran fumadores les gustaría dejar de fumar y al preguntar si consideran los cigarrillos electrónicos, vapers o el tabaco sin combustión como una alternativa “menos mala”, el 30% dicen que no, el 6% dice que sí, el 42% considera que puede en algunos casos y el 19% no lo sabe.
Entre las líneas estrategias para llegar a este fin, están: la consolidación de los espacios sin humo de tabaco ni aerosoles/vapores (Artículo 8 CMCT), como por ejemplo una hostelería 100 % sin humos tanto en espacios interiores como exteriores (incluidas las terrazas), los espacios deportivos, campus universitarios, los perímetros de seguridad de al menos 10 metros en los accesos a centros educativos y hospitales, accesos a centros comerciales, paradas de autobuses, andenes de medios de transportes, playas y otros espacios naturales, piscinas, colas y situaciones donde se produzcan agrupaciones de personas, etc., por motivos educativos, medioambientales y con amplio apoyo social. Declarar todos los medios de transporte, públicos o privados, libres de humo de tabaco. La equiparación legal de los dispositivos susceptibles de liberación de nicotina, los productos a base de hierbas para fumar, los productos de tabaco por calentamiento (PTC) y otros productos novedosos para el consumo de tabaco, con los productos tradicionales del tabaco en términos fiscales (equiparación al alza de los impuestos) y legislativos (idénticas restricciones al consumo, a la comercialización y a las limitaciones a la publicidad, promoción y patrocinio), haciendo mención explícita a dispositivos como las pipas de agua o cachimbas. o destinar un 2 % de los impuestos especiales del tabaco a prevención y control del tabaquismo, incluyendo investigación e implementación de intervenciones en grupos en situación de mayor vulnerabilidad.
Podemos y debemos salvar la vida de millones de personas, y el papel de los más jóvenes es clave para finalizar con la pandemia del tabaquismo. Las universidades, como entornos sin tabaco van a cobrar especial importancia, tanto por la posibilidad de intervención en jóvenes en las primeras fases de la adicción, como por su papel educativo y ejemplificador.