El proyecto Aprendizaje y Servicio Cambiando miradas, aumentando oportunidades. Hacia una mayor participación social de las personas con problemas de salud mental, ha completado su primera edición, con una valoración positiva por parte del estudiantado, las entidades y la coordinadora del proyecto.
Como explica la coordinadora del proyecto, María Ángeles Martínez Martín, “la inclusión plena de las personas con trastornos mentales configura una meta que no termina de alcanzarse. El cambio de actitudes constituye una gran barrera que debe ir venciéndose. Favorecer el conocimiento que nos aportan estas personas para descubrir lo que se siente con las etiquetas, para comprender en qué consisten realmente los trastornos mentales y entender que se puede convivir con ellos, ayuda a lograr este reto”
Por ello, y teniendo en cuenta las diferentes dimensiones del Desarrollo Humano Sostenible, el proyecto Cambiando miradas, aumentando oportunidades plantea acciones centradas en la promoción de la salud mental, la ayuda a personas con necesidades y el apoyo a la inclusión, entre otras, para promover la participación social de las personas con problemas de salud mental, así como la sensibilización y concienciación social con el fin de reducir el estigma.
Asimismo, este proyecto plantea como objetivo que los estudiantes de los grados en Educación Social y Terapia Ocupacional adquieran conocimientos académicos y competencias transversales en el ámbito de la salud mental a través de un aprendizaje experiencial y continuado.
El proyecto se inició en septiembre con los estudiantes de la asignatura de Psicopatología de segundo curso del grado en Educación Social y continuó en febrero en la asignatura de Psicopatología de segundo curso del grado en Terapia Ocupacional.
Las entidades participantes han sido PROSAME: Salud Mental Burgos y la Fundación INTRAS: residencia “Las Huelgas”. En total han participado 39 estudiantes (20 de Educación Social y 19 de Terapia Ocupacional) desarrollado sesiones semanales de entre 1 y 3 horas de duración durante 10/11 semanas, dependiendo del centro y el programa a desarrollar.
Se han beneficiado del proyecto en PROSAME: 26 personas en el primer semestre y 20 en el segundo y en la Fundación INTRAS: 25 personas en el primer semestre y 17 en el segundo (algunas de estas personas han participado en los dos semestres, aunque en diferentes programas).
El proyecto se estructuró en tres fases: preparación (antes), implementación y evaluación (continua y final). Las actividades desarrolladas, definidas por las necesidades y demandas de las personas participantes, se llevaron a cabo en los respectivos centros y en los entornos próximos. Desde el primer momento, el alumnado se integró en el día a día de los centros y colaboró en las iniciativas y actividades planificadas diariamente y en fechas señaladas como el Día Mundial de la Salud Mental, el 8 de marzo...
Han realizado actividades centradas en el ocio y tiempo libre (salidas culturales, juegos, deporte -gimnasio y piscina-, …) y actividades dirigidas a la promoción de la salud fomentando la autonomía personal (actividades de la vida diaria, acompañamiento, habilidades sociales, comunicación y expresión oral, sexualidad, hábitos saludables, acercamiento al mundo laboral, trabajo en equipo…). Una vez transcurrido el periodo de adaptación elaboraron e implementaron, tras consensuarlo con los profesionales y personas usuarias, actividades vinculadas a aprendizajes adquiridos en su formación académica y dirigidas a conseguir los objetivos propuestos en el Proyecto.
La valoración general de la primera edición del proyecto Cambiando miradas, aumentado oportunidades, tanto por parte de las entidades (profesionales y personas beneficiarias) como de la Universidad (estudiantado y profesora coordinadora del proyecto), ha sido muy buena.
La implicación por ambas partes ha sido máxima, si bien hay que tener en cuenta, en lo que respecta al estudiantado y a las personas beneficiarias, las diferencias individuales en cuanto a motivación, participación e iniciativa, consiguiendo algunos crear más vínculo que otros.
El alumnado trabajó en grupo y de forma individualizada, con el apoyo de los centros, para conocer las características de los participantes y desarrollar, desde el respeto a la diversidad y centrándose en la persona, una propuesta de actividades motivadora y ajustada a las necesidades de las personas beneficiarias.
En general, se han conseguido los objetivos propuestos. El estudiantado ha aprendido y disfrutado con el proyecto, y muchos de ellos han ayudado y apoyado en actividades, realizadas en otros horarios y fines de semana, más allá del proyecto y varios continúan colaborando como voluntarios una vez finalizada la asignatura.
Si bien los estudiantes participantes en el proyecto han sido 20 en Educación Social y 19 en Terapia Ocupacional, el resto de los compañeros han participado, aunque no directamente, a través de actividades de reflexión realizadas en el aula y de la exposición y referencia continua a las experiencias vividas. De esta manera como dice una participante con la difusión a nuestros compañeros esperamos que aquellos que no hayan podido formar parte de este proyecto, consigan también acercarse un poco a este colectivo y reducir sus estigmas.
La siguiente reflexión recoge la evolución de los intereses, actitudes y valores del alumnado participantes:
“Este proyecto me ha aportado muchas cosas positivas como persona y como profesional. A medida que fueron pasando los días le iba cogiendo más ganas a ir y poder compartir momentos con los chicos de PROSAME, una vez terminado el proyecto se me ha quedado muy marcada una idea: “me encantaría poder trabajar de terapeuta ocupacional”, gracias a este proyecto he podido afianzar esta idea. La salud mental no era un tema que me apasionarse, pero a raíz de este programa me he podido acercar más a este colectivo y poder meterme una serie de ideas en la cabeza: 1. Las personas son personas sin tener en cuenta sus patologías y 2. No necesitas saber la patología de una persona para poder crear un vínculo con ella.
Está claro que este proyecto ayuda a nuestra formación, pero yo también creo que he aportado algo al proyecto, aunque no sea igual que lo que me pudo aportar él. Creo que he aportado principalmente espíritu y alegría. Me considero una persona muy alegre sin miedo a probar cosas nuevas lo cual juega a mi favor porque me desenvolví muy rápido con los chicos lo que favoreció a crear un ambiente de confianza y respeto rápido”.
Por su parte las entidades también han manifestado su agrado y apoyo al proyecto, valorándolo positivamente al haber logrado una mayor participación de los usuarios y la creación de vínculos entre ellos y los estudiantes.
PROSAME: “Nos parece una idea estupenda para dar mayor visibilidad al trabajo con este colectivo, reducción de prejuicios, formación e información sobre un tema tan importante, ya que son los prejuicios y estereotipos sociales uno de los mayores problemas con el que se encuentran las personas con problemas de salud mental para su real e integral reinserción en la sociedad. Favorecerá que los futuros profesionales, trabajen con el colectivo que trabajen, tengan en cuenta la salud mental de las personas como parte indispensable para mejorar su calidad de vida”.
INTRAS: “A los usuarios les encanta que vengan otras personas con las que compartir su estancia, por lo que yo diaria que sí ha tenido un impacto real sobre ellos. Ha habido determinados alumnos que han empatizado especialmente con ellos. Respecto a los alumnos, creo que la mayoría han cambiado un poco la percepción que tienen sobre la Salud Mental y la forma de trabajar con este colectivo. Espero que hayamos conseguido, disminuir miedos y ya no voy a decir eliminar, sino modificar un poco el estigma que hay con respecto a la enfermedad mental”.
Por su parte, María Ángeles Martínez Martín asegura como coordinadora “me siento satisfecha de haber conseguido poner en marcha un proyecto que estaba en mi mente desde hace tiempo. Me siento comprometida con la inclusión y la lucha por la igualdad de oportunidades y aunque siempre he intentado acercar este colectivo al aula, a través de visitas y charlas dentro de las asignaturas, este proyecto me ha permitido profundizar en la relación con las entidades y sobre todo hacer partícipes a los estudiantes de una manera activa, animándoles a adoptar una visión crítica y reflexiva de la realidad, ayudándoles a entender, comprender, empatizar y aprender de las personas con problemas de salud mental, pues todas y cada una de ellas tienen mucho que enseñarnos. La ejecución del proyecto en el primer semestre sirvió de aprendizaje para poder incorporar, tras la evaluación de la experiencia con las entidades y estudiantes, mejoras en el grupo del segundo semestre, como por ejemplo potenciar la iniciativa e intervención de los estudiantes”.
Con esta experiencia tan positiva y con el ánimo de mejorar ciertos aspectos el equipo responsable se prepara ya para afrontar la siguiente edición del Proyecto de Aprendizaje Servicio Cambiando miradas, aumentando oportunidades. Hacia una mayor participación social de las personas con problemas de salud mental.