El alumnado participante en el Proyecto de Aprendizaje y Servicio “Cambiando miradas, aumentando oportunidades. Hacia una mayor participación social de las personas con problemas de salud mental” presentó las experiencias obtenidas durante los meses que han formado parte del mismo. En total han sido 20 estudiantes de la asignatura de Psicopatología de segundo curso del Grado en Educación Social, impartida por María Ángeles Martínez Martín, que además coordina el programa.
Este Programa de Aprendizaje Servicio ha sido posible gracias a la colaboración de la fundación INTRAS y la Asociación PROSAME, dos entidades burgalesas que centran su actividad en la mejora de la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental.
La posibilidad de participar en este Programa se ofertó al estudiantado como práctica de la asignatura de Psicopatología. De los 36 solicitantes fueron seleccionados 20 (10 por cada entidad) en función de criterios de disponibilidad en los días y horarios acordados para su desarrollo. Los futuros educadores sociales comenzaron a asistir a la Residencia Las Huelgas y pisos tutelados - de la Fundación INTRAS - y al Centro Ocupacional Vela Zanetti - de PROSAME -, la primera semana de octubre, hasta finalizar la docencia de la asignatura el 15 de diciembre.
El alumnado, dividido en cinco grupos (tres en INTRAS y dos en PROSAME), presentaron los objetivos, metodología, actividades desarrolladas y evaluación de la experiencia vivida en estos dos meses y medio.
Tras esta exposición ante sus compañeros y docentes de la asignatura, los profesionales de las entidades, que han sido figuras de referencia para los estudiantes durante su asistencia a los centros, les aportaron la valoración e impresiones de su labor.
Una experiencia académica y personal enriquecedora
La evaluación general por parte de los estudiantes fue muy satisfactoria, tanto por lo aprendido tanto a nivel académico, como por lo personal. La mayoría calificó la experiencia de altamente recomendable, enriquecedora y valiosa, que debiera ofrecerse para todo el alumnado y en más asignaturas.
Algunos de los comentarios que realizaron durante sus exposiciones reflejan esta valoración: “Me ha servido para deshacerme de ideas preconcebidas que tenía de las personas con enfermedades mentales; para tener una primera toma de contacto con lo que va a ser mi trabajo en un futuro, ya que yo nunca había hecho algo de este tipo; y para aprender que no hay que fijarse tanto en la enfermedad mental sino en la persona”
Este acercamiento a la realidad de la salud mental y lo útil que les ha sido para deshacerse de prejuicio también fue destacado: “Mi experiencia con este proyecto ha sido muy enriquecedora, tanto a nivel personal como educativo. Hasta ahora mi contacto con este colectivo había sido muy limitado y ahora he podido conocer en primera persona el ámbito de la salud mental. Gran parte de las ideas preconcebidas que tenía acerca de estas enfermedades no eran acertadas y ha sido muy interesante conocer esta realidad con esta experiencia que nos han ofrecido. A nivel personal el contacto directo con estas personas me ha enseñado y ayudado a valorar mi salud mental como algo muy importante en mi vida y prestar atención a las señales que pueden alertarnos de un trastorno mental y actuar lo antes posible. Además, siendo un ámbito al que nunca había pensado dedicarme como futura profesional de Educación Social, en este momento, si me estoy planteando esta posibilidad”
Otro punto que destacaron todos los participantes fue esa doble vertiente profesional y personal “A nivel profesional he descubierto otro ámbito en el que podría desarrollarme laboralmente. A nivel personal, he obtenido herramientas para mi vida personal, psicoafectiva y emocional. Ha sido una experiencia muy satisfactoria y reconfortante. El proyecto es muy interesante y se debería de realizar todos los años con nuevos alumnos de Educación Social ya que te acerca a la realidad del colectivo” aseguró otra estudiante.
La coordinadora del proyecto, María Ángeles Martínez Martín, afirmó que “se ha alcanzado el objetivo propuesto de cambiar la forma de mirar a las personas con enfermedad mental, incrementando la sensibilización y concienciación social, potenciando la inclusión social y la eliminación del estigma y proporcionando apoyos y facilidades que permitan a las personas con problemas de salud mental mantener o mejorar las habilidades sociales”
La coordinadora también puso en valor el fortalecimiento y desarrollo de competencias personales y académicas de los participantes “algo que les han enriquecido como personas y les pueden facilitar el futuro ejercicio de su profesión, al mostrar actitudes positivas y respetuosas ante las personas y al intervenir y ser participantes activos y comprometidos con la sociedad”.
Esta metodología de Aprendizaje-Servicio ha permitido a los estudiantes de segundo de Educación Social aprender a través del compromiso social, es decir, adquirir un aprendizaje significativo, basado en la experiencia, la vivencia personal y solidaria con personas con enfermedad mental, fortaleciendo y manteniendo los conocimientos, como señalaba otro estudiante “…he aprendido de las educadoras que trabajaban allí, que tenemos la función de escuchar a los usuarios; aconsejarles; ayudarles en todo lo que pueden en su vida personal; hacerles sentirse realizados y ofrecerles opciones de ocio, ya que muchos viven en entornos donde su única vía de distracción es el tiempo que pasan en estas entidades”
En febrero se reiniciará el proyecto con los estudiantes de segundo curso del grado en Terapia Ocupacional. Se estudiará y evaluará el impacto del mismo en este grupo de estudiantes y al finalizar en mayo, se realizará un encuentro con ambos grupos para que compartan sus experiencias.