La Universidad de Burgos rindió un emotivo homenaje póstumo a Umberto Eco, el más internacional de todos los doctores honoris causa incorporado en 2013 al Claustro de la institución académica burgalesa.
Tras su fallecimiento el 20 de febrero, el rector de la Universidad de Burgos, Alfonso Murillo, pidió a los asistentes releer la laudatio del profesor Francisco Javier Peña, así como el discurso de agradecimiento del escritor, semiólogo y filósofo pronunciado en el Aula Magna durante su investidura como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Burgos, en mayo de 2013.
El vítor de Eco instalado en el Patio de Romeros del Hospital del Rey lucía un crespón negro y una rosa mientras sonaban los acordes de una de sus piezas favoritas la suite nº 2 para orquesta en si menor de Bach interpretada por Juanjo Villalaín (flauta de pico) y Diego Crespo (órgano). Eco además de un magnífico escritor era un gran músico y amante del barroco y de las vanguardias del siglo XX. Tocaba la flauta de pico barroca, uno de los instrumentos recuperados por las corrientes de interpretación con criterios históricos de la música antigua, y, cuando trabajaba en la RAI, entró en la semiótica a través de la música acústica de Luciano Berio.
Como recuerda el profesor Rayco González "la música es fundamental en la vida y en la obra de Umberto Eco. Su actividad musical y su inmersión en la semiótica comienzan simultáneamente cuando conoció a Berio, una de las figuras fundamentales de las vanguardias musicales del siglo XX. Eco trabajaba en la RAI junto al laboratorio de música electroacústica de Berio. Así se introdujo en la música de vanguardia y el propio Berio le prestó un ejemplar del Curso de ligüística general de Saussure que le introdujo en el mundo de la semiótica y a la vez le permitió conocer a otros referentes de la música contemporánea como Stockhausen, Boulez, etc".
Durante el acto, el decano de la Facultad de Humanidades y Comunicación, Ignacio Fernández de Mata, leyó unos textos de su obra más conocida “El nombre de la Rosa”.
Murillo recordó la estancia del escritor y semiólogo en el campus de San Amaro, la firma de sus libros en el Teatro Principal y su visita a la abadía de Santo Domingo de Silos en la primavera del 2013 y subrayó el grato recuerdo que dejó en Burgos y en la Universidad. La presencia de Umberto Eco se dejó notar y, en la biblioteca del cenobio, Eco siguió la pista de uno de sus personajes más enigmáticos de su obra, el retorcido e intransigente bibliotecario Jorge de Burgos.
El rector finalizó su disertación con las últimas y premonitorias palabras del profesor pronunciadas en la Universidad de Burgos hace casi tres años: “Y así es como hoy se cumple mi peregrinaje ideal hacia Burgos, iniciado hace sesenta años y, os agradezco de habérmelo concedido a tiempo, cuando aún tengo solo la edad de Jorge de Burgos, aunque soy aproximadamente unos treinta años más mayor que Guillermo de Baskerville. Pero hoy me siento un adolescente entusiasmado como Adsode Melk y quiero celebrar con todos vosotros, con entusiasmo juvenil, este maravilloso retorno a los mitos de mi juventud”.