09/05/12 Un curso de arte y una exposición de fotografías de Cirilo Martínez Novillo, dos actividades culturales de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos.

Exposición temporal en el Museo de Burgos

Paisajes

Fotografías 1957 / 1990

MUSEO DE BURGOS

Sala de exposiciones temporales

c/ Miranda, 13

23 de marzo al 13 de mayo de 2012

De martes a sábado: de 10 a 14 h y de 16 a 19 h.

Domingos y festivos: de 10 a 14 h.

Lunes: cerrado.

Teléfono: 947 265875

Cirilo Martínez Novillo.

Imágenes de Castilla

El pintor Cirilo Martínez Novillo (1921-2008) fue uno de los últimos y mejores representantes de la preocupación pictórica por el paisaje interior ibérico. Los artistas del 98 tuvieron entre sus obsesiones estéticas la captación de las formas de las tierras castellanas, al margen de cualquier dulcificación plástica o de tendencias casticistas. La irrupción de las vanguardias y su reactivación en la posguerra no alejaron a muchos pintores de este sentimiento por el paisaje, aunque el reto fue su plasmación con lenguajes plásticos acordes con los nuevos tiempos. En este contexto emerge la figura de Martínez Novillo que, en los años 40 y 50, al socaire de la Escuela de Vallecas y en el seno de la Escuela de Madrid, se convirtió en uno de los referentes de la nueva plástica española. El mundo rural, sus pueblos, sus campos, la actuación del hombre sobre su entorno, la poética lírica de la luz en las campiñas, o el carácter desolado de parameras o secarrales agostados serán temas asiduos en sus trabajos pictóricos a lo largo de varias décadas. Las claves formales por las que transitó caminaron desde planteamientos de raigambre realista hasta los límites de la abstracción en sus más diversas variantes, aunque siempre con ciertos quiebros figurativos que nos muestran a un artista renovador, rompedor, de plástica sincera y sin límites expresivos ni en la forma ni en el color.

Martínez Novillo ha pasado de la modernidad por la que transitó a lo largo de su vida, al mundo de los clásicos imprescindibles de la pintura española del siglo XX.

El paisaje castellano caló hasta la médula en un Martínez Novillo que sintió la necesidad de expresar, a través de la paleta y los pinceles, los sentimientos que le inspiraban los campos de Castilla, acción en la que obviamente entraba en juego lo subjetivo. Pero también tuvo la necesidad de guardar la imagen que le impregnaba la retina y le sorprendía en sus viajes. Cámara fotográfica en mano, recorrió el suelo peninsular a la búsqueda de horizontes o rincones, campos o pueblos, hombres y mujeres que le sirvieran como venero inspirativo en su proceso creativo. Aunque la España meridional o costera no estuvieron ausentes de sus desplazamientos, fueron las dos Castillas, la del norte y la del sur, las de las tierras meseteñas, las que quizá más le preocuparon estéticamente.

Las fotografías que Martínez Novillo realizó a lo largo de las décadas de los 50 y los 60, no solamente deben entenderse como la base documental de ulteriores creaciones pictóricas. Tanto en las de color como en las de blanco negro, el artista consigue suspender el tiempo, un tiempo vivido con intensidad estética y emocional. No sólo son documentos sino obras de arte en sí mismas.

Burgos no quedó al margen de sus preocupaciones fotográficas. Las tierras de La Ribera, algunos de sus compañeros de profesión como Vela Zanetti en su residencia de Milagros o las calles del casco viejo de la Cabeza de Castilla fueron objeto de su atención, y transmiten a la posteridad un encuadre y un instante detenidos en un intento de salvar para la memoria un pálpito estético.

René Jesus Payo Hernanz